Si los pañales que han pasado por el baño no se reemplazan a tiempo, la humedad de la orina y el amoníaco generado por la orina irritarán la piel y la enrojecerán. Las enzimas digestivas en las heces también pueden dañar la piel, y la piel dañada es propensa a generar moho como Mycobacterium albicans. Una vez que esto suceda, la delicada piel del bebé será alérgica.